domingo, 19 de agosto de 2012

Lujuria

Necesito un instante de recapacitación
para intentar evitar inútilmente,
que la lujuria que me escupes
se cuele hasta el fondo de mi alma
y me desgarre la voluntad,
como mis manos desean rasgar tu ropa.
No quiero pensar en tu cuerpo y el mío
moviéndose al unísono al compás
de una melodía muda para el resto,
sudando y gimiendo como animales en celo
mientras tus uñas me arañan la espalda
y mis dientes se clavan con suavidad
en la dulce piel de tu cuello.
Pero la realidad es bien distinta,
y donde hay un intento de autocontrol,
siempre hay un fracaso detrás.
Donde hay una negativa a caer,
aparece algún deseo que me hace ceder.
Te has adueñado de un pedazo de mi mente,
y juegas con ella como te apetece,
pintando escenas que me gustaría vivir.
Escenas que jamás viviré.


Como el anterior, escrito entre Julio y Agosto de 2012.

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