jueves, 30 de agosto de 2012

Convertidme.

Maestros del noble arte de
ascender a la cima pisoteando
al resto, yo os invoco.
Llevadme por el mal camino,
mostradme que me equivoco.

Senderos de injusticia
que no están cuesta arriba.
Ser por una vez el que mira
por encima de su hombro.

Arrancad de mi interior
todo resquicio de conciencia.
Convertidme en un cabrón
desde la cabeza hasta los pies.

Maestros del egoísmo,
señores de la inmundicia.
Transformar cada puñalada
en una podrida delicia.

Escrito ahora mismo.

domingo, 19 de agosto de 2012

Delirios de un alma errante

Sentimientos que perecen
en corazones enjaulados
por personas que no merecen
la atención que se les presta.
Desafíos lanzados al aire,
escabulléndose entre palomas
y gorriones hasta alcanzar
su final, la derrota.
Correr con los ojos cerrados
cuando solo queda esperanza,
y topar con alambradas
de las que sangran el alma.
Almas desnudas frente a la hoguera.
Pasiones muertas en ola de frío.
Temores abriéndose las venas.
Sueños que sueñan que despiertan.
Locuras que beben del abismo
y se ahogan en un mar de impulsos.
Acciones que someten al cuerpo.
La llamada del instinto.
Ojos almendrados,
sexo caramelizado.
Caricias fingidas,
eyaculaciones sin vida.
Odio, rabia, sexo, placer.
Frustración, deseo, sueños.
Futuro, oscuridad, luz, dolor.
Sexo, sexo, sexo, sexo.
Futuro, miedo, odio, necesidad.
Tempestad, dolor, muerte, calma.

Escrito hace veinte minutos escasos.

¿Por qué yo?

Destrozas mi calma
dictando sentencia.
Lames la desgracia.

Tus ojos un arma,
por dentro desgarran.
Me arrancas las alas.

Cuando tu mente
se folla mi alma
no puedo pensar.

Intento resistirme
buscando cordura
y no sé donde está.

No puedo aguantarlo.
Mis poros segregan
autoinsuficiencia.

Palabras vacías
que roban conciencia.
Deseos oscuros
por venta directa.

Me haces preguntarme
¿Por qué yo?
¿Por qué yo?
¿Por qué yo?
¿Por qué?...

Escrito el 18 de Agosto de 2012.

Lujuria

Necesito un instante de recapacitación
para intentar evitar inútilmente,
que la lujuria que me escupes
se cuele hasta el fondo de mi alma
y me desgarre la voluntad,
como mis manos desean rasgar tu ropa.
No quiero pensar en tu cuerpo y el mío
moviéndose al unísono al compás
de una melodía muda para el resto,
sudando y gimiendo como animales en celo
mientras tus uñas me arañan la espalda
y mis dientes se clavan con suavidad
en la dulce piel de tu cuello.
Pero la realidad es bien distinta,
y donde hay un intento de autocontrol,
siempre hay un fracaso detrás.
Donde hay una negativa a caer,
aparece algún deseo que me hace ceder.
Te has adueñado de un pedazo de mi mente,
y juegas con ella como te apetece,
pintando escenas que me gustaría vivir.
Escenas que jamás viviré.


Como el anterior, escrito entre Julio y Agosto de 2012.

Autocondena

No termina de sorprenderme la determinación
con la que me lanzo a jugar a la ruleta rusa,
aún sabiendo que el tambor del revólver está lleno.
La necesidad que tengo de apretar el gatillo
aún conociendo las consecuencias.
No sé si esta es la cruz del que no tiene nada que perder,
o la locura del que quiere poseerlo todo.
No importa, el resultado siempre es el mismo.
Lo arriesgo todo por una apuesta perdida de antemano,
como esperando a que la bala se encasquille,
salvándome del destino que yo mismo escogí.

Escrito entre Julio y Agosto de 2012 (Nota mental. A partir de ahora apuntar las fechas)

El final del ciclo

Todo ha sido como despertar de
una pesadilla y hundirme en un sueño.
Abrigado de esperanzas me interno
en el corazón de lo imposible,
soportando el frío de la duda,
aguantando zancadillas y
patadas en la entrepierna.
La recompensa al final
de este camino es incierta.
Quizás solo sea la puerta
que me lleve de nuevo a la oscuridad,
el ciclo que no ha de acabar.
Del sueño a la pesadilla,
la realidad.
Y cuando me acostumbro vuelta a empezar.
Quizás al final del camino
alguien me esté esperando,
y me tienda su mano para llevarme
a un nuevo mundo,
el comienzo de un nuevo ciclo.
Quizás al final solo encuentre vacío,
y me pierda en la inmensidad de la nada,
llorando, llamándote.
No temo los monstruos que se
esconden en las tinieblas.
Temo a los que habitan mi corazón.
Temo quedarme con ellos a solas.
Quizás ese miedo sea el que evite
que llegue al final del camino.
Quizás cuando el fin se acerque,
retroceda con el rabo entre las  piernas,
y de nuevo vuelta a comenzar.

Escrito no hace mucho para la persona que me ha abierto los ojos. Una persona sin la que difícilmente podría seguir adelante.

De bienvenidas y abrazos.

Algo más que decir al mundo, otro blog. No se me ocurre otro modo de hacer llegar a la gente lo que pienso.

Es el cuarto blog que abro en poco más de ocho meses. Un fracaso, un lugar abandonado, un rincón para desahogarme y ahora, una página en blanco sobre la que expresarme.

Sed bienvenidos todos aquellos que tengáis interés en leer lo que mi caótica mente es capaz de parir. Los que os aburráis en vuestras casas, en el metro, en el bus, y no tengáis nada mejor que hacer que introduciros en mi cabeza. Los que me conocéis, o los que me queréis conocer. Os recibiré a todos con los brazos abiertos.

Poco más que añadir. Despertad cada mañana con una sonrisa en la cara. Si algo os va mal, sacadle el dedo al mundo, porque como dijo un señor muy avaricioso que apenas sabe tocar la batería y con una personalidad poco envidiable, pero que a veces tiene sus frases memorables: "Todavía amanece gratis".

PD: Señorita Eyenik, te hice caso.