domingo, 19 de agosto de 2012

El final del ciclo

Todo ha sido como despertar de
una pesadilla y hundirme en un sueño.
Abrigado de esperanzas me interno
en el corazón de lo imposible,
soportando el frío de la duda,
aguantando zancadillas y
patadas en la entrepierna.
La recompensa al final
de este camino es incierta.
Quizás solo sea la puerta
que me lleve de nuevo a la oscuridad,
el ciclo que no ha de acabar.
Del sueño a la pesadilla,
la realidad.
Y cuando me acostumbro vuelta a empezar.
Quizás al final del camino
alguien me esté esperando,
y me tienda su mano para llevarme
a un nuevo mundo,
el comienzo de un nuevo ciclo.
Quizás al final solo encuentre vacío,
y me pierda en la inmensidad de la nada,
llorando, llamándote.
No temo los monstruos que se
esconden en las tinieblas.
Temo a los que habitan mi corazón.
Temo quedarme con ellos a solas.
Quizás ese miedo sea el que evite
que llegue al final del camino.
Quizás cuando el fin se acerque,
retroceda con el rabo entre las  piernas,
y de nuevo vuelta a comenzar.

Escrito no hace mucho para la persona que me ha abierto los ojos. Una persona sin la que difícilmente podría seguir adelante.

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