martes, 18 de septiembre de 2012

Memorias de un demente

Estira el cuello
y asómate a mi mente.
Pronto verás
que todo es diferente.
No encontrarás
las respuestas que buscas,
pero hallarás
mil cosas que no abundan.

La sumisión
de aquel niño bastardo,
pronto se hundió,
murió con el naufragio.
Su alma surgió
de las profundidades,
y nunca más
volvió a arrodillarse.

Tengo por costumbre
beber de las desgracias,
lamer de las heridas
que todavía sangran.
Disparo a quemarropa,
¿Quién quiere ser prudente?
No intentes comprenderme.
¡Son memorias de un demente!

Avanza poco a poco
la aguja del reloj.
El tic tac me enloquece,
se avecina otro error.
Siento la adrenalina
sacudiendo mi interior.
Me está pidiendo a gritos
que vuelva a ser un cabrón.

Tengo por costumbre
beber de las desgracias,
lamer de las heridas
que todavía sangran.
Disparo a quemarropa,
¿Quién quiere ser prudente?
No intentes comprenderme.
¡Son memorias de un demente!

¡De un demente!
¡Dispárame!

Escrito en este mismo momento.

1 comentario:

  1. Olvidé mencionar que esto es una canción, aunque creo que por la prosa, y el hecho de haber repetido una estrofa, se podía adivinar lo que era.

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